Baby Shower Cake


¿Existe algo más bonito que la vida? Por supuesto. El hecho de poder engendrar nuevos y diminutos seres y el otorgarles el derecho a la vida ya es bonito, pero lo es aún más verlos crecer.

En esta ocasión, Fuensanta ha decidido celebrar la llegada del futuro Sergio con una "baby shower". Ahora es cuando os preguntaréis... ¿Una "baby shower"? ¿Eso qué es? ¿Una fiesta en la que bañan al bebé (por lo de "have a shower", en inglés)? ¡Claro que no! El bebé será bañado cada vez que se estime oportuno y en el lugar adecuado con las personas pertinentes, jajajaja. Se trata, como digo, de una fiesta de bienvenida con motivo del nacimiento un nuevo ser, y que normalmente tiene lugar antes del parto.

¡Si es que lo queremos todo! Fijaos bien y os daréis cuenta de que cada vez estamos adquiriendo más tradiciones extranjeras. Sin ir más lejos... "Halloween". Estamos deseando que llegue el 31 de octubre para disfrazar a nuestros pequeños (incluidos nosotros también) e ir puerta por puerta pidiendo golosinas con la famosa y amenazante frase de "Truco o Trato". Con un poco de suerte, el huevo te lo guardas para hacer unos cupcakes. El problema viene cuando no obtienes tu recompensa y, además de incordiar al vecindario, te ves obligado a estamparle un huevo en su puerta (o en su cara, en el peor de los casos).


¿Os puedo contar un secreto? Pero, shhhh... ¡No se lo podéis decir a nadie! Venga, va... 
¡¡Ésta es la segunda tarta que hago con fondant en mi vida!! Y estoy tan contento con el resultado que ni yo mismo me creo que la haya hecho yo. Siento una satisfacción moral y personal que no puedo expresar por escrito y, mucho menos, oralmente. Lo sé, tengo aún pendiente de publicar mi primera tarta con fondant. Está ambientada en la Navidad y la hice en un curso maravilloso en Señor Pastel (Lorca).

Yo tengo la costumbre de que cuando alguien me hace algún encargo, le paso varias fotos donde se puede observar el proceso de elaboración del pedido (ya sea una tarta, unos cupcakes, o lo que sea). Y la verdad es que me encanta hacerlo porque puedo observar cómo aumenta de manera progresiva el indice la felicidad en los mensajes de ese alguien que ha confiado en mí para dicho trabajo. Lo que empieza por un "Ay, ¡qué bonito!", suele acabar por un "¡¡Dios, me encanta!! Tienes un don para esto" y eso, queridos/as seguidores/as, no tiene precio. 

Cada vez soy más consciente de que en el mundo de la repostería se ha de ser inconformista y competente (que no competitivo). Nunca nada es suficiente, al menos para mí. Nunca nada es perfecto, por mucho que la gente lo ensalce o alabe. Siempre se puede andar un paso más, y no pienso parar hasta llegar a mi línea de meta.


Hoy no os pongo la receta, pues para el bizcocho he utilizado la misma que podéis ver si pincháis aquí, y para el relleno he preparado la buttercream de chocolate blanco que también podéis ver haciendo click aquí.

Hasta la próxima publicación (que espero que sea pronto) y os deseo todo lo mejor para esta Navidad que vendrá, seguro, cargada de regalos y momentos maravillosos.

Un abrazo chilláo.
Monsieur Citron.


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